Sin duda alguna, los puentes, de acuerdo con muchos expertos en materia de ingeniería, revolucionaron el mundo del hombre al lograr construirlos sobre los paisajes naturales, permitiendo así, conectar espacios, personas y elementos únicos que nunca se pensaron posibles conectar.

Después, los proyectos en materia de puentes evolucionaron y permitieron que los creadores inyectaran su estilo único, su visión. Lo que derivó en bellas piezas arquitectónicas que además de cumplir con su función primaria, la de conectar un punto con otro, han dotado de un paisaje urbano sin igual.

Muestra de ello, lo tenemos ejemplificado en el puente “Henderson Waves” o “Las olas de Henderson”, el cual como su nombre lo indica, se deriva de una serie de pliegues en su estructura los cuales se doblan, ondulan y ascienden dentro de un “movimiento” singular a la vista de quienes se atreven a circular por él.

Utilizado como puente peatonal y para bicicletas, el puente es integrado por siete curvas onduladas de acero, las cuales de forma visual asemejan a un movimiento constante, sin embargo, adentrarse en él, representa un recorrido lineal por su piso de madera.
Según sus creadores, este puente además cumple con los requisitos en materia de cuidado ambiental, al tener a su alrededor elementos recreativos en áreas verdes y por supuesto, en sus entrañas materiales amigables con el entorno.
Elías Cababie Daniel